Un Retablo es una pintura folklórica mexicana, usualmente creada en una pequeña pieza de lámina delgada, que se ofrece a una imagen de Cristo o de la Virgen como agradecimiento por algún milagro concedido o algún favor recibido. Los retablos son usualmente hechos por artistas profesionales, familiares de los migrantes, o por los propios migrantes. Al colgarse en las paredes internas de las iglesias en México, se convierten en testimonios públicos. El retablo típico consiste de tres partes: el texto que describe el milagro; la escena que representa cómo y dónde ocurrió el milagro; y la imagen de la divinidad, usualmente la Virgen María. Además de ser representaciones artísticas, los retablos son poderosos documentos sociológicos que abarcan los temas de mayor importancia para los migrantes: los peligros que existen al cruzar la frontera, las dificultades en encontrar trabajo en un país extraño, la angustia de trabajar sin documentos legales, enfermedades y accidentes sufridos lejos de casa; la satisfacción de haber alcanzado algún pequeño logro, y el alivio de aquellos que regresan con su familia.

Proveniente del Latín, de la palabra retro-tabula, que significa "detrás del altar", los retablos en un principio se referían a pinturas y esculturas que eran puestas detrás de los altares en las iglesias católicas europeas a principios de la era medieval. Las pinturas de retablos gradualmente emergieron como un género en México a principios del siglo diecisiete, como una fusión de las tradiciones Europeas y Amerindias. Con la introducción de la lámina a muy bajo costo a mediados del siglo diecinueve, muchas más personas pudieron entonces hacer o mandar a hacer retablos. Hoy, los retablos constituyen una reconocida forma de arte popular que ha influenciado a algunos de los más reconocidos artistas mexicanos.

La tradición del retablo es ampliamente reconocida en México, pero no en los Estados Unidos. Por medio de la exhibición Milagros en la Frontera: Pinturas Folklóricas de Migrantes Mexicanos a los Estados Unidos, los curadores buscan presentar este género de arte a nuevas audiencias. Al mismo tiempo, buscan mostrar una perspectiva más directa y personal de la experiencia migrante mexicana y de las complejidades que envuelve el proceso de la migración.